viernes 20 marzo, 2020

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Turismo en Costa Rica: un afectado más por la pandemia COVID-19

La emergencia por la pandemia del COVID-19 obligó al país a implementar diferentes medidas para contener la expansión del virus. Los protocolos establecidos se basan en las principales recomendaciones de los organismos internacionales del sector salud y la amplia evidencia científica. Estas acciones son necesarias para el país y de interés nacional, pero debemos prever que sin lugar a dudas tendrán un fuerte impacto en la economía. Existe incertidumbre sobre la duración del COVID-19 en Costa Rica, por lo que es difícil estimar con exactitud las repercusiones sobre el empleo y la producción.

Uno de los sectores económicos que será más golpeado por esta pandemia es el turismo, el cual hasta hace unas semanas había mantenido un crecimiento significativo en el país. Hoy más que nunca Costa Rica tiene información detallada sobre la actividad turística, lo cual se puede aprovechar para implementar en unos meses políticas específicas para contribuir a una pronta recuperación del sector.

¿Qué significa el turismo para la economía costarricense? Según estimaciones del Banco Central de Costa Rica (BCCR), para el año 2016 el turismo significó un 6,3% del PIB. Este es un sector dinámico, cuyo crecimiento entre el 2012 y 2016 fue del 3,4%, muy por encima del promedio de la economía total.

Recientemente, el Gobierno anunció que una de las medidas para evitar la propagación del COVID-19 es el cierre de fronteras para el ingreso de personas extranjeras. Esta política no es exclusiva de Costa Rica, muchos países en el mundo han restringido el ingreso de personas para contener la pandemia. Estas medidas limitan la actividad turística en la mayor parte de economías. ¿Qué podría significar para Costa Rica el cierre de fronteras? Entre marzo y abril del 2018 se registró el ingreso de aproximadamente 589.000 personas, lo cual representa casi una quinta parte del total de llegadas internacionales de ese año.

Las restricciones a la entrada de extranjeros tiene un impacto directo sobre los servicios de alojamiento y agencias de viaje, las cuales en conjunto representan más del 15% de la producción turística del país (figura 1). Estos servicios, además, son importantes demandantes de insumos de otros sectores, es decir, están fuertemente encadenados. Esto quiere decir que el impacto económico del cierre o recorte en las ventas de hoteles afectará de forma extendida otros sectores. Más de una cuarta parte del gasto de los servicios de alojamiento se destinan a la compra de insumos como energía eléctrica, gas, vapor y aire acondicionado, comercio y actividades especializadas de la construcción (Meneses et al, 2019).

Otra de las medidas implementadas para contener la transmisión del virus fue la reducción -a un 50%- de la capacidad permitida de clientes en sodas y restaurantes, lo cual agrava las implicaciones económicas. Los servicios de comida y bebidas representan un 12,6% de la producción turística total y destacan como uno de los segmentos con alta capacidad de generar encadenamientos.

Las medidas que el país implementa en materia de salud pública, tales como restricciones para el ingreso de extranjeros, la limitación en la capacidad de sodas y restaurantes, y el cierre de bares, tienen además un fuerte impacto en zonas específicas. En la región Chorotega y Pacífico Central, el sector de alojamiento y restaurantes representa un 20% y un 15%, respectivamente, de la actividad económica total (Jiménez-Fontana y Segura, 2019). De acuerdo al ICT (2018), el 56% de la oferta de habitaciones está concentrado en Guanacaste y Puntarenas.

Finalmente, otra acción implementada para contener la pandemia es el cierre temporal de las Áreas Silvestres Protegidas (ASP). Es importante considerar que los recursos naturales son uno de los principales atractivos turísticos de Costa Rica, el cual incluso se ha fortalecido a través de campañas publicitarias a nivel internacional. La afluencia de turistas en las ASP ha aumentado de forma considerable: de 720.514 personas en el año 2000, a 2.142.580 en el 2018. Diez ASP concentran el 84% de las visitas (gráfico 1).

La pandemia del COVID-19 tendrá un alto impacto en materia económica y social, aunque aún no es posible precisar con exactitud su magnitud. Costa Rica cuenta con información detallada sobre la estructura productiva de la industria turística y sus encadenamientos productivos. Esto quiere decir que se cuentan con los insumos para comenzar a diseñar un plan de recuperación. Por ejemplo, implementar una política que se enfoque en aquellos bienes y servicios del sector turismo que generen más encadenamientos productivos y que estén más conectados con las empresas locales, especialmente aquellas ubicadas en las regiones más perjudicadas.

Referencias bibliográficas

BCCR. 2018. Cuentas Satélite de Turismo. San José: Banco Central de Costa Rica.

ICT. 2018. Anuario estadístico. San José: Instituto Costarricense de Turismo.

ICT. 2019. Anuario estadístico. San José: Instituto Costarricense de Turismo.

Meneses, K. et al. 2019. Aporte del sector turístico como eje estratégico de encadenamientos productivos. Ponencia preparada para el Informe Estado de la Nación 2019. San José: PEN. 

PEN. 2019. Informe Estado de la Nación 2019 en Desarrollo Humano Sostenible. San José: Programa Estado de la Nación.

Jiménez Fontana, P. 2019. Gráficos del capítulo. Contribución especial realizada para el Informe Estado de la Nación 2019. San José: PEN.

Jiménez Fontana, P. y Segura, R. 2019. Estructura productiva regional en Costa Rica. Ponencia preparada para el Informe Estado de la Nación 2019. San José: PEN.

Jiménez Fontana Pamela

Autor:

Jiménez Fontana Pamela

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economía turismo COVID-19
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