lunes 1 octubre, 2018

Artículo

Tres cambios debilitaron el apoyo popular a la huelga

La tramitación legislativa del Plan Fiscal (proyecto de ley 20.580) y la huelga promovida por sectores sindicales, en oposición a ese proyecto, han dominado la agenda pública desde inicios de setiembre. A la fecha de redacción de este aporte, el Plan Fiscal había sido aprobado en primer debate y la huelga entraba en su séptima semana, con una merma considerable de apoyo debido a que varios sindicatos decidieron suspender el movimiento de protesta y regresar a sus labores.

Dos estudios de opinión publicados por el CIEP de la Universidad de Costa Rica el 21 de setiembre y el 05 de octubre (semanas 2 y 4 de la huelga), permitieron comprender mejor la percepción de los costarricenses respecto al plan fiscal y la huelga. El primero de esos estudios, mostró que la huelga tenía alto apoyo popular, sin embargo, al mismo tiempo, los entrevistados desaprobaban los métodos utilizados por los huelguistas y no respaldaban el fin principal de la protesta –retirar el proyecto de la corriente legislativa. Por su parte, el segundo estudio evidenció que la huelga perdía respaldo pues se acentuó el rechazo a medidas como la suspensión de citas médicas, la interrupción de clases en centros educativos y los bloqueos en carreteras como principales mecanismos de presión.

En esta contribución se aporta una visión comparada del apoyo popular a la huelga con el fin de responder a dos preguntas claves: 1. ¿cómo cambió el apoyo a la huelga en el lapso de dos semanas? y 2. ¿Cuál es el perfil de los encuestados según su nivel de apoyo a la huelga? Este aporte académico trasciende la visión convencional con la que se analizan hechos sociales en los que hay opiniones divididas: un reduccionismo en el que solo existen dos visiones: a favor y en contra. En lugar de hablar de un único tipo de apoyo o rechazo a la huelga, se propone una desagregación de ellos con el objetivo de entender mejor la naturaleza de esas percepciones en la opinión pública (ver anexo para más detalles).  

Para contestar estas dos preguntas se utilizan los datos de ambas encuestas del CIEP-UCR para construir una tipología de apoyo considerando dos aspectos: a) el apoyo a la huelga por un lado (apoyo genérico) y b) el apoyo a los mecanismos de presión de los huelguistas (apoyo específico)[1].

Se parte del supuesto de que un movimiento de huelga que reúna ambos tipos de apoyo tiene mayores probabilidades de alcanzar sus propósitos -pues tiene potencial para fortalecerse en el tiempo-, que uno que únicamente posea alguno de los dos apoyos por separado, pues está más propenso a debilitarse conforme pasan los días. Desde ese punto de vista, una protesta social con posibilidades de éxito implica una demanda claramente definida, que a su vez esté bien dirigida a las autoridades correspondientes y en la que se utilicen repertorios de protesta apropiados. 

Los dos principales hallazgos de este esfuerzo son, en primer lugar, que la caída del apoyo popular de la huelga entre setiembre y octubre se originó en tres movimientos: 1) la disminución del apoyo duro,  2) la moderación del apoyo, que cambió de duro a suave y 3) el incremento del rechazo duro a la huelga. En segundo lugar, producto de esos cambios el perfil de los que apoyaban el movimiento cambió entre una medición y otra, al tiempo que el de los que rechazaban la huelga se mantuvo igual.

  1. ¿Cómo cambió el apoyo a la huelga entre mediados de setiembre e inicios de octubre?

Cuando los entrevistados manifestaron apoyar ambas cosas (la huelga y los mecanismos de presión) ese respaldo se considera como un apoyo duro (apoyo genérico + apoyo específico). Por el contrario, cuando los consultados manifestaron un rechazo a los dos aspectos, se habla de un rechazo duro (ni apoyo genérico ni apoyo específico). También es posible clasificar a aquellos entrevistados cuyas posiciones de apoyo o rechazo eran suaves, es decir, aquellos que decían respaldar la huelga, pero no apoyaban los mecanismos de presión (apoyo suave, apoyo genérico sin apoyo específico) o se inclinaban por no apoyar la huelga a pesar de que respaldaban sus mecanismos de presión (rechazo suave, apoyo específico sin apoyo genérico). Por último, los entrevistados que no tenían posición se consideran como camuflados, algunos de ellos a favor y otros en contra de la huelga. La tipología se muestra a continuación.

Según el análisis de esta tipología, la caída en el respaldo popular a la huelga entre mediados de setiembre e inicios de octubre, se debió principalmente a una drástica caída de los entrevistados clasificados como de apoyo duro, una moderación de los que apoyaban la protesta y un incremento en los de rechazo duro. El primer grupo, pasó de un 42% a tan sólo un 4% en dos semanas. Asimismo, los datos muestran que dicha reducción se vio acompañada de otros dos cambios importantes: por un lado, un incremento de los consultados que reportaban un apoyo suave a la huelga que pasaron de un 9% a un 36%, es decir, de los que apoyaban la huelga pero desaprobaban sus métodos. También ocurrió que, en el lapso de dos semanas, los de rechazo duro crecieron de un 24% a un 40%. Por último, los camuflados y los de rechazo suaveno experimentaron cambios significativos entre una medición y otra.

 

  1. ¿Cuál es perfil de los encuestados según su nivel de apoyo a la huelga?

Finalmente, el segundo hallazgo está relacionado con los perfiles sociodemográficos de los que respaldaban o rechazaban la huelga. Estos perfiles incluyen aspectos como género, edad, nivel educativo y lugar de residencia. Al respecto, la evidencia muestra que, al igual que como sucedió con los niveles de respaldo, el perfil de los llamados de apoyo duro cambió entre una medición y otra. Esta situación contrasta con el perfil de los de rechazo duro que se mantuvo invariable en ese mismo período. Enseguida se presentan los resultados para las tres categorías más relevantes para el análisis: apoyo duro y rechazo duro.

De acuerdo con estos perfiles, el grupo de entrevistados que combinaba apoyo genérico + apoyo específico, llamados apoyo duro, cambió su perfil entre las dos mediciones. En setiembre, en ese grupo predominaban los entrevistados menores de 34 años, los de nivel educativo de secundaria y los que residían en Puntarenas, Guanacaste y Limón. No obstante, en octubre ese mismo grupo (aunque considerablemente más pequeño en cantidad) estaba compuesto por consultados de 55 años o más, con educación primaria y que habitan en Puntarenas, Cartago y Alajuela.

Por otro lado, el perfil sociodemográfico de los entrevistados que no manifiestan ni apoyo genérico ni apoyo específico a la huelga, los considerados como rechazo duro, se mantuvo igual en los dos momentos estudiados. Este grupo lo constituían mayoritariamente hombres, con edades de 55 años o más, con educación universitaria y residentes de las provincias de Heredia, Cartago y San José.

Anexo

Clasificación de los apoyos y rechazos a la huelga según tipo de apoyo, por encuesta 

[1] Las preguntas específicas que se incluyeron fueron las siguientes:

Setiembre 2018: 1) ¿Con respecto al movimiento de huelga, su posición es: Apoya el movimiento, Rechaza el movimiento, No tiene una posición?;  2) Como parte del movimiento de protesta, los grupos que la apoyan y el gobierno han utilizado diversos mecanismos de presión. Queremos conocer su posición sobre las siguientes acciones: a. Bloqueos de calles o carreteras; b. Suspender servicios médicos; c. No dar clases en escuelas y colegios; d. Obstaculizar la distribución del combustible; e. Usar la fuerza para dispersar los bloqueos y f. Declarar ilegal la huelga: A favor, En Contra.

Octubre 2018:  1) ¿Con respecto al movimiento de huelga, su posición es: Apoya el movimiento, Rechaza el movimiento, No tiene una posición?; 2) Pensando en lo que sigue, díganos si está de acuerdo o no con cada una de las siguientes afirmaciones:  a. El Gobierno debe insistir en el diálogo con los sindicatos; b. Se justifica que los sindicatos bloqueen calles para hacerse oír; c. El Gobierno debe sancionar a los huelguistas; d. El Gobierno debe levantar cualquier nuevo bloqueo de carreteras; e. Se justifica que los sindicatos mantengan cerradas las escuelas; f. Se justifica que los sindicatos interrumpan servicios médicos: Sí, No.

Alfaro Redondo Ronald

Autor:

Alfaro Redondo Ronald

Skip to content