Cinco acciones que Costa Rica debe realizar para garantizar la seguridad alimentaria y nutricional
La seguridad alimentaria y nutricional (SAN) es algo de tal relevancia como la capacidad de alimentar sanamente a la población y evitar el hambre, es una garantía que requiere del esfuerzo institucional, político y normativo en los países. En Costa Rica, falta camino para consolidar esa garantía.
El país ha asumido compromisos significativos en esta materia, específicamente en la meta de garantizar el acceso a alimentos sanos y nutritivos a toda su población en todo momento (FAO, 2006). Entre ellos, fomentar la producción de alimentos con calidad e inocuidad e impulsar la producción nacional para su disponibilidad, así como mejorar las condiciones básicas para la comercialización eficiente y eficaz, aumentar el ingreso familiar de los grupos vulnerables, controlar y regular la publicidad de productos alimenticios, y crear un sistema de vigilancia[i]. A nivel internacional ha acogido planes y políticas regionales y mundiales, así como los objetivos de desarrollo sostenible de fin de la pobreza, hambre cero, salud y bienestar, y producción y consumo responsables. Sin embargo, estos compromisos adquiridos a nivel formal deben ir más allá y traducirse en acciones que garanticen a la población la SAN.
¿Qué debe hacer Costa Rica para garantizar la seguridad alimentaria y nutricional? Aquí se plantean cinco retos centrales que se han identificado a partir de los resultados de investigaciones y debates sobre el tema.
- Priorizar el tema en su agenda de desarrollo. Si bien es posible identificar instrumentos de política pública sobre el tema, prevalece la desarticulación, así como los bajos niveles de coordinación y colaboración entre las instituciones responsables de su diseño y ejecución (Chacón, 2015). No existe una ley marco que regule la materia y órganos clave en su gestión como la Secretaría de Política Nacional de Alimentación y Nutrición (Sepan) están inactivos. Además, venció la Política Nacional de Seguridad Alimentaria y Nutricional 2011-2021 sin que se haya planteado una alternativa. En suma, se requiere reconocer la importancia de este tema, construir mecanismos para una adecuada implementación de las acciones y los recursos en este campo y alcanzar consensos entre los distintos sectores para avanzar en el cumplimiento de las metas establecidas.
- Revisar las implicaciones del modelo productivo en la SAN. La transformación de una agricultura con un peso importante de los granos básicos a una en la que aumentó la producción para la agroindustria y las exportaciones (mientras se redujo lo primero) generó, entre otras cosas, una alta dependencia de las importaciones de algunos alimentos básicos en la dieta nacional que se debe resolver. En tanto, en escenarios de crisis climáticas o geopolíticas, se dificulta no solo garantizar su disponibilidad sino también el acceso ante la alta volatilidad por los cambios en los precios. Como consecuencia se observa un incremento en el número de hogares que no logran acceder a la canasta básica alimentaria: pasó de 39.000 en 1995, a 110.000 en 2022. Por esta razón, resulta necesario garantizar una disponibilidad de alimentos acorde con las posibilidades socioeconómicas de la población.
- Avanzar en la adaptación al cambio climático. El sector agropecuario es uno de los más impactados por este fenómeno. En las últimas tres décadas se registraron más de 6.000 afectaciones causadas por eventos naturales al agro en el país (Sepsa-MAG y Mideplan, 2023). Los estudios más recientes de órganos internacionales como el Panel Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) y nacionales como el Instituto Meteorológico Nacional proyectan cambios importantes en las condiciones climáticas, principalmente en las temperaturas y las precipitaciones, que seguirán generando externalidades negativas en la producción de alimentos y las condiciones de vida de las personas campesinas y productoras (IPCC, 2023; IMN, 2021). Por lo tanto, es preciso avanzar en la implementación sistemática y coordinada de acciones que aumenten la resiliencia y posibiliten los ajustes en los sistemas ecológicos, sociales o económicos en respuesta a la variabilidad y el cambio climáticos.
- Garantizar la seguridad nutricional de la población. Según la FAO (2023) en Costa Rica los niveles de subalimentación y hambre son bajos. Pese a lo anterior, se mantienen grupos en situación de vulnerabilidad. Así, por ejemplo, un 3,4% de la población está en estado de desnutrición y un 9% de los niños menores de 5 años experimenta retrasos en su crecimiento (GHI, 2023). Además, la prevalencia de inseguridad alimentaria moderada o grave sigue aumentando, principalmente entre las mujeres (gráfico 1). En este contexto, el país necesita información actualizada sobre el estado nutricional de sus habitantes para definir políticas, planes y programas y evaluar el efecto de las intervenciones que en este ámbito se han venido implementando. No obstante, la última encuesta nacional sobre este tema se publicó en 2009.
- Generar datos y desarrollar mediciones en SAN. En 2016 se reportó un avance en esta dirección: la creación del Sistema Nacional de Información en Seguridad Alimentaria y Nutricional (Sinsan). Sin embargo, en la actualidad no se encuentra activo. Sin información de base no es posible tomar decisiones estratégicas que se alineen con las metas, los objetivos, las iniciativas y los desafíos que tiene Costa Rica en este campo. Tampoco instaurar un sistema de alertas tempranas que posibilite, por ejemplo, identificar perturbaciones que podrían afectar negativamente el estado de la SAN en el territorio nacional y, esencialmente, definir respuestas para gestionarlas adecuadamente y minimizar su impacto.
No avanzar en estos y otros aspectos deteriora aún más las capacidades del país para intervenir en este tema y puede incidir negativamente en el estado de salud y las capacidades cognitivas de las personas. Por todo lo anterior, es importante que Costa Rica defina sus apuestas en este ámbito, así como la hoja de ruta a seguir en los próximos años.
Referencias bibliográficas
Chacón, K. 2014. El desafío de garantizar la seguridad alimentaria y nutricional. Investigación elaborada para el Vigesimoprimer Informe Estado de la Nación. San José: PEN-Conare.
FAO. 2006. Seguridad alimentaria. Informe de políticas, número 2. Roma, Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura.
FAO. 2023. Informe sobre el estado de la seguridad alimentaria y nutricional en el mundo 2023. En: https://www.fao.org/publications/home/fao-flagship-publications/the-state-of-food-security-and-nutrition-in-the-world/es.
FAOSTAT. 2023. Indicadores sobre seguridad alimentaria y nutricional. Sitio oficial, en https://www.fao.org/faostat/en/#data.
GHI. 2023. Global Hunger Index. Sitio oficial, en: https://www.globalhungerindex.org/.
IMN. 2021. Proyecciones de cambio climático regionalizadas para Costa Rica. En: http://cglobal.imn.ac.cr/documentos/publicaciones/ProyeccionesEscenariosClimaticos/offline/ProyeccionesEscenariosClimaticos.pdf.
IPCC. 2023. AR6 synthesis report: climate change 2023. IPCC. Sitio oficial. https://t.ly/z-LFV.
Sepsa-MAG y Mideplan. 2020. Sistema de información del sector agropecuario costarricense. Sitio oficial, en: http://www.infoagro.go.cr/Paginas/Default.aspx
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[i] Para más detalles véase la Política Nacional de Seguridad Alimentaria y Nutricional 2011-2021 https://www.ministeriodesalud.go.cr/index.php/biblioteca-de-archivos-left/documentos-ministerio-de-salud/ministerio-de-salud/planes-y-politicas-institucionales/planes-institucionales/706-politica-nacional-de-seguridad-alimentaria-y-nutricional-2011-2021/file.