martes 15 octubre, 2019

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¿Qué factores estimulan la participación de las personas a votar?

El libro Divide y votarás publicado recientemente aborda un tema relevante para las democracias: ¿qué factores estimulan la participación de las personas a votar? Al respecto, casi dos tercios de las democracias establecidas en el mundo han experimentado una reducción en la participación electoral desde 1945. Bajo condiciones normales, las circunstancias relacionadas con una baja concurrencia a las urnas podrían tener impactos dramáticos y duraderos en el apoyo y viabilidad de la democracia a largo plazo. En el peor de los escenarios, este legado podría extender la apatía de las personas hacia la política por el resto de sus vidas, haciendo que la baja participación electoral se “congele” por décadas.

Este estudio analiza las tendencias de la concurrencia a las urnas en las democracias contemporáneas y documenta el declive de largo plazo en esta materia. Algunos de los resultados principales que se desprenden de esta investigación son:

  • La edad aumenta la disposición de votar; las generaciones con más edad se presentan a las urnas más seguido que las cohortes más jóvenes; esta disposición se ve impactada cuando los votantes cambian de lugar de residencia y que los votantes casados muestran tasas de participación más altas que los solteros.La probabilidad de votar en el futuro se hace más grande gradualmente si alguien comenzó a votar a una edad temprana y votó en la elección previa.
  • Los votantes que tienen padres políticamente activos tienen más probabilidades de acudir a las urnas, sobresaliendo el efecto de las madres (ver gráfico).
  • Entre más altos los niveles de la participación electoral de cualquiera de los cónyuges, más altos los niveles de participación electoral de la persona.

Por otra parte, una explicación macro de los cambios en la participación electoral, plantea que  una deliberación polarizada, en lugar de desmotivar a los votantes, los anima a acercarse a las urnas.

Cuando un clivaje político conlleva a la polarización, energiza y moviliza a los votantes. Concretamente, entre más polarizada la deliberación pública, más fácil será para la ciudadanía emitir su voto. Si la deliberación cuando las personas obtienen su derecho al voto está polarizada, los incentivos de los votantes por participar son más altos. Sin embargo, si la deliberación cuando comienzan su participación en política es menos polarizada, las motivaciones para acercarse a las urnas electorales son menores.

En síntesis, el libro concluye que demasiado acuerdo social desmotiva y aleja a las personas de las urnas electorales y torna la competencia aburrida e irrelevante, pero, demasiado desacuerdo colectivo podría activar a los votantes de un modo que introduce tensiones y desestabiliza el sistema. De otra forma los votantes entran en un largo letargo que hace que la participación electoral disminuya, a menos que un nuevo episodio de polarización y solidez en la identidad ocurran. Una participación dinámica en el largo plazo requiere un nivel de polarización mínimo en la deliberación pública. El mejor de los escenarios para la concurrencia a las urnas se encuentra en algún lugar entre los dos extremos. A esto se le llama en el libro el dilema de los tensos equilibrios en los regímenes democráticos.

Referencias bibliográficas

Alfaro, R. 2019. Divide y votarás. San José: PEN

Alfaro Redondo Ronald

Autor:

Alfaro Redondo Ronald

Temas en este artículo

elecciones Democracia Votaciones
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