¿Por qué está bajando la productividad en el Poder Judicial mientras sus recursos crecen en la última década?
En 2005, un juez o jueza resolvió –en promedio- 663 casos ese año (con distintos tipos de terminación). Diez años después, ese promedio se redujo a 491 casos por juez. Si se trata de contabilizar solamente los casos terminados con sentencias de fondo, la reducción de productividad por juez pasó de 298 sentencias en el 2005, a 135 en el 2015.
En el 2000 se tenían 482 jueces o juezas, con los cuales el Poder Judicial resolvía casi 407 mil casos al año. Quince años después, las plazas de la judicatura aumentaron a 1.136 (134% de crecimiento), sin embargo, los casos terminados solamente aumentaron un 30%, alrededor de 556 mil casos terminados en 2015. No funcionó la multiplicación: si un juez termina 841 casos en 2000, se habría esperado que 1.136 jueces resolverían casi un millón de casos al año.
Fuente: Segundo Informe Estado de la Justicia.
Esta tendencia decreciente en el número de resoluciones judiciales, es uno de los principales hallazgos de las investigaciones del Informe Estado de la Justicia. Se cuenta como productividad tanto las sentencias de fondo, como los casos terminados o cerrados por distintos tipos de conclusión (archivo, desestimados, etc.), en la primera instancia. Dicha instancia concentra el 94% del ingreso nuevos casos al Poder Judicial, en 2016, en total sumaron 622 mil nuevos casos.
No hay una medición precisa de productividad judicial. Persisten dos limitaciones para conocer la gestión judicial en toda su magnitud. La primera limitación es la complejidad del Poder Judicial como conglomerado de entidades (Defensa Pública, Ministerio Público, OIJ, entre las más importantes), cada una con sus tareas e indicadores de productividad distintos. Aunque solamente se enfocara en el área jurisdiccional, es decir lo que hacen los jueces y las juezas, persiste una segunda limitación: la falta de estadísticas sobre otras funciones de la judicatura, pues en este momento no se generan por parte de la institución, y no están implementando mecanismos de evaluación de desempeño, que den una idea clara de la utilización de su tiempo. Este sigue siendo uno de los mayores retos para lograr una evaluación concienzuda del desempeño judicial, que sirva como insumo para desarrollar procesos de mejora efectivos.
Tomando en cuenta estas limitaciones, la pregunta de investigación pendiente en la que estamos trabajando actualmente en el PEN es:
¿Cuáles son las razones de esta disminución en la productividad judicial?
Aquí adelantamos algunas hipótesis para provocar la discusión:
- La productividad disminuye por cambios normativos que reducen el número de casos terminados (por ejemplo la reforma en Tránsito en 2005, la oralidad, etc.).
- La productividad disminuye por cambios metodológicos en la forma de registrar los casos terminados (por ejemplo, Penal 2012).
- La productividad disminuye en las materias que son a gestión parte por los entrabamientos interpuestos por los litigantes.
- La productividad disminuye porque algún o algunos circuitos disminuyen el número de casos terminados y afectan el total general.
- La productividad disminuye porque en alguna o algunas materias cae el desempeño y afecta el total general de casos terminados.
(Las hipótesis no son excluyentes, pueden operar simultáneamente y si este fuera el caso habría que determinar el peso que tiene cada factor en la caída de productividad).
¿Nos pueden ayudar a pensar en posibles explicaciones? Comenten esta nota en el blog o envíen evidencias para orientar los análisis e interpretaciones.