viernes 14 junio, 2024

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Mitchell Seligson: académico, emprendedor de ideas y buen amigo de Costa Rica y el Estado de la Nación

El primer día de junio de 2024 falleció Mitchell Seligson, distinguido académico con una amplia y reconocida trayectoria en las presetigiosas universidades de Pittsburgh y Vanderbilt en Estados Unidos. Mitchell fue uno de los pioneros de los estudios de opinión pública enfocados en América Latina, esfuerzo que culminó con la creación y gestión del Proyecto de Opinión Pública de América Latina (LAPOP, por sus siglas en inglés) en la Universidad de Vanderbilt. LAPOP es la iniciativa más robusta y ambiciosa de medición de las actitudes y creencias ciudadanas en el hemisferio americano.

Fue un trabajador infatigable, dotado de una energía y disciplina muy poco usuales y totalmente entregado a sus proyectos. A más de uno nos repitió: “si no le contesto en 24 horas es que estoy muerto”. Su amplia y profusa producción académica lo atestigua. Pero, además, tenía una gran capacidad de organización y gerencia de iniciativas que lo hacía destacar en el mundo académico. Era, por cierto, un emprendedor de ideas, con una mentalidad muy práctica y también muy exigente.

Con Costa Rica lo unió muchos lazos afectivos y profesionales. Desembarcó en nuestro país como un joven integrante del Cuerpo de Paz a finales de los años sesenta del siglo pasado y fue asignado a una zona entonces muy remota y agrícola: el municipio de Coto Brus. Siempre conservó un gran cariño por esas comunidades rurales a las que sirvió, en las que se hizo investigador social y en donde aprendió a hablar español con ese dejo y vocabulario campesino que nunca abandonó. Siempre se consideró como un “tico” más y abrió todas las oportunidades que pudo para la realización de iniciativas que involucraban a nuestro país.

Mitchell tuvo una gran amistad y una larga y fructífera colaboración con Miguel Gómez Barrantes, uno de los fundadores de la disciplina de la estadística en Costa Rica. Fue por medio de esa relación que llegué a conocerlo y empezar a trabajar con él. Nuestra primera conversación en serio fue allá por 2002 en un restaurancito en Nueva York, su ciudad natal, cuando me propuso colaborar con una idea que él tenía: el establecimiento de lo que posteriormente llegó a ser LAPOP.

En las dos décadas siguientes Mitchell fue una fuente constante de ideas e iniciativas y de aprendizaje. Esto se lo agradeceré siempre. Y para el Programa Estado de la Nación fue un amigo que abrió oportunidades de realizar estudios que nos ayudó a avanzar nuestras propias investigaciones y nos permitieron crecer como institución.

Me queda su legado y el recuerdo de su amistad y una deuda de gratitud con él que ya no podré saldar.

Vargas Cullell Jorge

Autor:

Vargas Cullell Jorge

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