jueves 1 noviembre, 2018

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La portada del Informe Estado de la Nación 2018

En el Estado de la Nación siempre le hemos dado mucha importancia a las portadas de nuestros informes. Las entendemos como un relato gráfico que, por medio de un golpe visual, comunica un mensaje de fondo.

Creemos que una portada debe sostenerse por sí misma, provocar reflexión sobre la situación actual y el futuro del país. Nos parece, además, que debe retar al lector, racional o emocionalmente, y obligarlo a tomar posición frente a la imagen. No siempre lo logramos, pero esa es nuestra intención.

Cuando estábamos cerca de terminar la edición del Informe 2018, momento en el que ya teníamos una visión panorámica, gracias a los resultados de las más de treinta investigaciones específicas sobre diversos temas realizadas para esta entrega, surgió la inevitable pregunta: ¿cuál debería ser el mensaje de la portada? Tuvimos varias sesiones de trabajo, formales e informales, con un amplio grupo de personas del equipo de investigación, para llegar a la idea definitiva, lo cual nos aportó profundidad de análisis y una amplia discusión. No exagero si digo que nos costó llegar al mensaje que ustedes pueden apreciar.

En el camino quedaron varias ideas. Una que desechamos fue “Doblamos la esquina”, para referirnos al hecho de que el país vive una nueva época. Sin embargo, tanto el concepto como las soluciones gráficas eran poco precisos, pues la información de la que disponemos es insuficiente para caracterizar los rasgos de esta era.

Otra idea fue “Se acabó la fiesta”. Alude al hecho de que, por años, nuestro Estado ha funcionado por encima de sus posibilidades acudiendo al endeudamiento, y que hoy sus problemas de liquidez hacen inviable continuar por ese sendero. El concepto era injusto: para millones de costarricenses y vastas regiones del país, nunca hubo tal fiesta.

Finalmente, llegamos a la portada definitiva: un cable sometido a la presión de fuerzas contrarias. La imagen comunica tensión y peligro, porque hay varios hilos cortados que no soportaron la tirantez. Sin duda, pese a su fortaleza, la capacidad de soporte del cable está disminuida.

La imagen también propone un mensaje de urgencia, pues el grosor del cable aún resiste, lo que da tiempo −no mucho, por cierto− para reparar el daño. Ese es el otro concepto de la portada: no es momento para perder tiempo, contemplar el entorno con pasividad o discutir inútilmente, de manera estéril, sin actuar.

En el Estado de la Nación creemos que la portada del Informe 2018 es una metáfora de la situación por la que hoy atraviesa nuestro país. Empezamos a vivir tiempos difíciles: las debilidades o puntos ciegos de nuestro estilo de desarrollo −ambientales, económicos, sociales y políticos−, que por años nuestros informes han estudiado, se anudan hoy con una crisis fiscal que es tanto financiera como política e institucional. En el futuro próximo tendremos que resolver el dilema de efectuar, en democracia, profundas reformas económicas, sociales e institucionales, de manera que los sacrificios no recaigan sobre los sectores más débiles.

Llegamos a la idea de un país “tilinte”, gracias a la reelaboración conceptual que nuestro diseñador gráfico hizo de nuestras preocupaciones iniciales. Gracias a él por haber “dado en el clavo”.

Nos gustaría conocer la reacción que les provoca nuestra portada y, a quienes los animan los desafíos, los invitamos a que nos hagan llegar sus ideas acerca de la imagen con que hubiesen querido ilustrar nuestro Informe 2018.

Vargas Cullell Jorge

Autor:

Vargas Cullell Jorge

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