domingo 1 julio, 2018

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El ambiente nos importa, pero no nos mueve lo suficiente

La preocupación por el ambiente en Costa Rica es paradójica. Entre algunos actores políticos y económicos se resalta su importancia y se aprovecha lo que se ha logrado: imagen internacional, turismo, recursos y –ante todo- esquemas de conservación que son palpables. Pero también, son reiteradas las referencias a la protección ambiental como un obstáculo para el desarrollo, un trámite innecesario o un impedimento para resolver las inequidades que el estilo de desarrollo no logró corregir en décadas. En la ciudadanía la paradoja se repite: nos importa el ambiente, hablamos de él, entendemos mejor su importancia e identificamos lo que es “bueno” o “malo” hacer; sin embargo, esperamos que otros resuelvan, nos cuesta cambiar los hábitos, y necesitamos que nos empujen un poco.

Una encuesta realizada por el Programa Estado de la Nación[1] en el 2017 mostró la necesidad de combinar el cambio cultural, con el impulso agresivo de políticas públicas dirigidas a la sostenibilidad. Temas poco conocidos en el pasado, como el cambio climático, ahora son de dominio común (91% ha escuchado sobre él), y las personas saben qué lo provoca (la contaminación derivada del transporte, la deforestación y los residuos son señalados como sus causas). Hoy, la protección ambiental no es vista como un tema irrelevante: más del 60% la considera igual de importante que generar empleo, mejorar la educación o reducir la pobreza. Se ve posible y deseable apuntar a mejores prácticas: el 90% está de acuerdo con establecer obligaciones a los comercios para sustituir los plásticos y el 80% apoya exonerar los vehículos menos contaminantes. En cambio, la mayoría no está de acuerdo con la exploración petrolera en el territorio, ni acepta que se deba permitir contaminación a las empresas que generan empleo (gráfico 1).

Pese a lo anterior, hay comportamientos en los cuales el cambio cuesta. El 73% de las personas encuestadas considera que a la ciudadanía costarricense le importan los problemas ambientales, pero no hace nada para resolverlos; y el 17% afirma que no le preocupan del todo. Además, un 80% no concurrió a ningún grupo, actividad o iniciativa para proteger la naturaleza en el último año. En el consumo, los criterios ecológicos son pocos: la proporción que siempre rechaza las envolturas contaminantes o que no compra a empresas irresponsables en este campo, es pequeña (23% en ambos casos). En el transporte es también notorio: solo un 19% afirma cambiar su forma de movilizarse por favorecer el ambiente (gráfico 2).

Si bien hay un problema cultural, sin el concurso de la política pública (no solo educativa) no es fácil eliminar las barreras que complican la posibilidad del cambio. El tema del transporte es clave: según la encuesta, entre quienes usan vehículo propio para desplazarse, el 69% no está dispuesto a usar transporte público porque encuentra limitaciones, o simplemente porque no es de su interés. En este campo, es indudable que la institucionalidad pública tiene el peso de modificar la lógica de la movilidad en el país, con un sistema eficiente y un ordenamiento territorial que vincule el crecimiento de las ciudades con el transporte y con el ambiente[2]. En general, el 75% de las personas considera que los esfuerzos para reducir la contaminación derivada del transporte son insuficientes. Similar situación se da con el reciclaje: según la encuesta, en los cantones en que el gobierno local recoge de manera separada los materiales, la probabilidad de que la gente los separe aumenta casi en 20 puntos porcentuales. Sin embargo, menos de un 40% reporta vivir en un cantón cuya municipalidad realiza ese tipo de recolección.

El cambio viene, entonces, por las dos vías: cultura y política pública. La mala noticia es la debilidad del sector público que debe impulsar las transformaciones de fondo: ordenar el territorio, hacer control efectivo de la actividad productiva e incorporar el criterio ambiental en la planificación y el estilo de desarrollo. La buena, es que las personas tienen disposición a cambiar, si hay un estímulo. Según una clasificación hecha por Lentini (2017), la mayoría de personas tiene voluntad para emprender acciones, a veces sin condiciones y a veces si no implican grandes esfuerzos económicos o sacrificios (gráfico 3). Sobresalen las mujeres como las que más disposición muestran. Que esto se traduzca en menores impactos y mayor sostenibilidad ambiental es una tarea que se puede impulsar. Pero ello implicar dar al tema un lugar central en la agenda política, y que tanto la ciudadanía como las empresas y las instituciones asuman costos y sacrificios.

 Los resultados y la Base de Datos de esta encuesta están disponibles para el análisis propio del público. Les invitamos a utilizarla para ampliar su utilidad en todos los ámbitos posibles. Las herramientas metodológicas y la base misma están a disposición en https://estadonacion.or.cr/estadisticas-bases-de-datos/bases-de-datos-costa-rica#bases-de-datos-sobre-encuesta-de-patrones-y-percepciones-ambientales-2017. Una síntesis se ubica en la dirección http://hdl.handle.net/20.500.12337/1045 y una breve visualización se encuentra en https://estadonacion.or.cr/encuesta-ambiente/.

Referencias bibliográficas

Lentini, V. 2017. Patrones y percepciones ciudadanas sobre medio ambiente y condiciones para el cambio. Ficha técnica y hallazgos preliminares. Ponencia preparada para el Informe Estado de la Nación 2017. San José: PEN.

PEN. 2017. Informe Estado de la Nación en Desarrollo Humano Sostenible 2017. San José: Programa Estado de la Nación.


[1] Esta encuesta fue el primer esfuerzo de este tipo realizado por el Programa Estado de la Nación (PEN), gracias al apoyo del proyecto “Creación de capacidades de los acuerdos multilaterales ambientales” (AMAs) del Minae y el PNUD. Los gráficos en este blog fueron elaborados por Esteban Durán del PEN.

[2] En el próximo Informe Estado de la Nación 2018, a publicarse en noviembre del presente año, se presentará un capítulo especial dedicado el tema del transporte y la movilidad en el país.

Merino Trejos Leonardo

Autor:

Merino Trejos Leonardo

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