jueves 20 junio, 2019

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Confianza: elemento fundamental para reactivar la economía

Hace diez años Costa Rica enfrentó la crisis económica del 2008-2009, una década después, el crecimiento económico se mantiene por debajo del promedio de largo plazo, la tasa de desempleo se encuentra en niveles históricamente altos, y las limitadas oportunidades laborales se han concentrado en el sector informal. En este contexto, la reactivación económica es urgente para evitar un mayor deterioro en materia social, especialmente para los grupos más vulnerables: mujeres, jóvenes, y personas en condición de pobreza.

Reactivar la economía es fundamental, pero no es una tarea sencilla. Actualmente el país enfrenta dos grandes limitaciones para mejorar la situación económica. La primera corresponde a la desconexión que existe entre producción y empleo. El Informe Estado de la Nación en sus últimas tres ediciones ha investigado a profundidad este tema. Los sectores más encadenados en materia productiva no tienen la capacidad de multiplicar el empleo, lo cual explica porque aunque la economía crece, poco pero crece, esto no se refleja en reducciones significativas en el desempleo.

La segunda limitación que enfrenta el Gobierno es la falta de recursos para realizar inversiones en capital que permitan generar en el corto plazo una expansión de la inversión y mayor crecimiento. Actualmente, el déficit fiscal alcanza el 6% del PIB y la deuda del Gobierno Central equivale a un poco más del 50% de la economía costarricense. A lo anterior se le suma, que el presupuesto del Gobierno Central se considera rígido en más del 90%, y la mayoría se concentra en transferencias públicas y remuneraciones, mientras que el gasto en capital[1] es un componente marginal. En otras palabras, en el contexto fiscal actual no es viable utilizar una de las herramientas clásicas para reactivar la economía: aumentar el gasto y la inversión pública.

Dadas las dificultades fiscales que existen para reactivar la economía, el Informe Estado de la Nación 2018 plantea la posibilidad de reducir los cuellos de botella con la expectativa de que estos pueda acelerar proyectos de inversión privada. Por ejemplo, la simplificación de trámites y una mejor canalización de los recursos del Sistema de Banca para el Desarrollo pueden ser alternativas para incentivar el crecimiento.

Todos los planteamientos expuestos anteriormente corresponden a medidas objetivas para reactivar la economía. Sin embargo, existe un elemento subjetivo que, aunque ha formado parte de la discusión nacional en las últimas semanas, no siempre es considerado en los planes de reactivación: la confianza.

Parte de la desaceleración económica se asocia con una mayor desconfianza e incertidumbre de los agentes económicos. En los últimos seis meses, el Índice de Confianza del Consumidor (UCR, 2019) se ha mantenido en los niveles más bajos desde que se tienen registro (gráfico 1). Además, de acuerdo a la encuesta “Pulso Empresarial” de UCCAEP, la confianza y la perspectiva de los empresarios se ha deteriorado significativamente en los últimos meses (UCCAEP, 2019).

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El gasto de los hogares es uno de los principales componentes de la economía y explica en gran medida el dinamismo de la producción; por lo tanto, si la confianza de los consumidores es baja, esto repercute en una desaceleración de la producción. Sumado a lo anterior, la incertidumbre de los empresarios sobre la economía afecta los planes de inversión privada, lo cual también desacelera el crecimiento y las oportunidades laborales.

La confianza de los agentes económicos depende de múltiples factores personales y socioculturales, tales como la edad, el nivel educativo, los medios de comunicación, y las redes sociales. Sin embargo, la confianza de los consumidores y la incertidumbre empresarial no es ajena a los tomadores de decisiones, dado que estos últimos también pueden influir sobre las perspectivas.

En este contexto, es fundamental que además de las medidas para reactivar la economía, se implemente una estrategia de comunicación política que brinde mayor confianza y certidumbre a las personas. Lo anterior es especialmente relevante durante los procesos de ajuste fiscal y transición, para lo cual se requiere implementar servicios especializados de comunicación que le faciliten al ciudadano el proceso de cambio.

Bibliografía

UCR, 2019. “La Confianza de los Consumidores – Encuesta Nº62 Mayo 2019”

UCCAEP, 2019. “II Encuesta Trimestral de Negocios Pulso Empresarial 2019”.

 

[1] El gasto de capital corresponde principalmente a la inversión en activos productivos, tales como edificios y carreteras.

Jiménez Fontana Pamela

Autor:

Jiménez Fontana Pamela

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