viernes 1 junio, 2018

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Capital humano para competir en un mundo digitalizado: ¿cuán preparados estamos al día de hoy?

En Costa Rica, la demanda de recurso humano con competencias digitales se ve doblemente impactada, por una parte, por los cambios en la estructura productiva[1] acaecidos en las últimas décadas y la importancia estratégica que reviste el sector de Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC) en la economía del país. Por otra parte, debido a las profundas transformaciones tecnológicas en curso y proyectadas para el futuro, como resultado de la convergencia de varias tecnologías de avanzada como Big Data, inteligencia artificial, robótica, Internet de las cosas e Impresión en 3D, entre otras. De acuerdo con la CEPAL, la disponibilidad de talento con estas competencias no solo es un componente clave de una estrategia para aumentar la productividad, sino también para potenciar el impacto que pueda tener esa mejora en la productividad en el empleo y los ingresos y por ende en un mayor bienestar.

A pesar de estas nuevas necesidades y su posible impacto en el mercado de trabajo, desde hace décadas persiste una asimetría a nivel nacional en cuanto a los graduados de la educación terciaria a favor de las Ciencias Sociales y Humanidades. En los últimos 17 años los diplomas en las áreas de Ciencia y Tecnología representan en promedio tan solo una cuarta parte del total de títulos.

Aumenta el talento con competencias digitales pero … ¿serán suficientes?

Al concentrarnos en aquellas personas que tienen competencias digitales, lo primero que llama la atención es que entre 2000-2016, aumentaron de 28 a 74 por cada 100.000 habitantes, lo cual corresponde a una tasa promedio de crecimiento anual de 8,3%. Sin embargo, esto no ha alcanzado para suplir la demanda no satisfecha que tienen los empresarios de la Cámara de Tecnologías de la Información y la Comunicación (CAMTIC), que en el 2014 era de unos 8.000 profesionales. Asimismo, las empresas de sectores de alto valor agregado como “Ciencias de la Vida (Dispositivos médicos) y Manufactura avanzada” han hecho manifiesta su dificultad para encontrar estos graduados. La ausencia de estudios sobre la demanda laboral actual de profesionales en el país, es una limitante que dificulta una valoración del ritmo con que el país forma este recurso, así como el establecimiento de indicadores que monitoreen el avance.

Dentro de este grupo profesional están, en primer lugar, propiamente los formados en TIC (que incluye las áreas de Informática, Ingeniería de Sistemas y de Telecomunicaciones), pero adicionalmente se consideran las disciplinas de Ingeniería Industrial, Ing. Eléctrica y Electrónica, Ing. Mecánica, Mecatrónica, Matemática y Estadística. Los formados propiamente en TIC, representan casi el 60% y crecieron a una tasa promedio anual de 9,4%. En 2016 esto se tradujo en 2.013 nuevos profesionales, mientras otras disciplinas como Mecatrónica a penas arranca y solo se formaron 29. (gráfico 1).

Las competencias digitales se concentran en San José y Alajuela centro

De acuerdo con la figura 1, según su lugar de residencia, este talento se concentra en el centro del país donde se ubica el 45% de los profesionales. Además del cantón central de San Jose, el cantón central de Alajuela muestra ventajas comparativas que podrían aprovecharse para atraer una mayor inversión.

Por otra parte, entre los cantones con mayor rezago figuran San Mateo y Guatuso, Talamanca, Los Chiles y Dota, varios de ellos situados en la periferia.

El nivel de cualificación fomenta la dependencia de países industrializados

Las brechas de capital humano deben ser conceptualizadas considerando la etapa del ciclo de vida de la tecnología: desarrollo, adopción y el período en que ya generan impacto económico y social pues el nivel de cualificación requerido varía. (Katz, 2018).

En Costa Rica, el perfil académico que tiene el acervo de profesionales con competencias digitales, nos estaría condenando a la dependencia. La mayoría del talento (67%) son Bachilleres, lo que coincide con el mayor requerimiento por parte de las empresas para la adopción de estas tecnologías. En cambio, la escasa graduación de posgrado (8%) impacta la capacidad realizar I+D y acentúa la dependencia del desarrollo de nuevos productos y servicios digitales respecto de países industrializados, así como la formación de nuevos profesionales (gráfico 2).

Este déficit resulta más crítico al considerar las tecnologías digitales de avanzada que se encuentran en su etapa de desarrollo, como las antes mencionadas.

En adición, TIC es de las áreas de ingeniería con menor participación femenina y esta tendencia va en aumento. Así lo confirma el hecho de que en el 2000 tres de cada 10 nuevos graduados eran mujeres mientras que en 2016 esa relación bajó a dos.

 


[1] Las políticas de apertura comercial y promoción de exportaciones impulsadas en las últimas décadas alentaron el desarrollo de nuevos sectores productivos estrechamente vinculados a los mercados internacionales. Estos sectores conformaron una nueva economía que impactó el aparato productivo existente a finales de los años setenta y, a la vez, propició el surgimiento de nuevos servicios, tanto públicos como privados.

Referencias

Rodríguez, JM. 2017. Transformaciones tecnológicas, su impacto en el mercado de trabajo y retos para las políticas del mercado de trabajo. En: Las transformaciones tecnológicas y sus desafíos para el empleo, las relaciones laborales y la identificación de la demanda de cualificaciones. Documentos de proyectos. Santiago de Chile, Comisión Económica para la América Latina y el Caribe (CEPAL), 191pp.

HIPATIA 2017. Programa Estado de la Nación. Plataforma tecnológica disponible en: www.eccti.or.cr

Katz, R. 2018. Capital humano para la transformación digital en América Latina. Serie Desarrollo Productivo 219. ISBN 1680-8754. Santiago de Chile, Comisión Económica para la América Latina y el Caribe (CEPAL), 38pp.

Santos Pasamontes María

Autor:

Santos Pasamontes María

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