Bajos niveles en habilidades lectoras de estudiantes de preescolar
- En los centros educativos fuera de la GAM hay más estudiantes de bajo desempeño (82%), que de alto desempeño (18%).
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Muestra incluyó 320 alumnos del nivel de Transición de centros educativos de las direcciones regionales de Heredia, Puntarenas y San José Norte del MEP.
Estudiantes de preescolar de la educación costarricense registran bajos niveles en sus habilidades lectoras al iniciar el año, condición que se mantiene sin progresos significativos al finalizar el curso lectivo.
Una investigación realizada para el Séptimo Informe Estado de la Educación buscó determinar el avance de los alumnos de preescolar en destrezas seleccionadas para la lectura. Se aplicaron dos evaluaciones: en junio y noviembre de 2018, las cuales incluyeron pruebas de vocabulario, conciencia fonológica e identificación de letras y palabras. Sin embargo, debido a la huelga declarada por el Magisterio Nacional en los meses de septiembre, octubre y noviembre, un 63% de los niños no pudieron completar la segunda medición. A pesar de las reducciones en la muestra, dicho ejercicio ofrece información inédita para Costa Rica.
Se incluyó una representación de centros educativos que ofrecen el servicio de educación preescolar en las direcciones regionales de Heredia, Puntarenas y San José Norte del MEP. La muestra final incluyó un total de 320 alumnos del nivel de Transición y sus 40 docentes.
El estudio contempló un análisis de conglomerados, a través del cual se identificó la existencia de dos perfiles de estudiantes, según los puntajes obtenidos en la primera aplicación de pruebas. Un primer perfil se denominó estudiantes de bajo desempeño y corresponde a un grupo de 114 niños y niñas (36% de la muestra) quienes registraron los menores puntajes en las cuatro pruebas.
El segundo perfil está compuesto por los estudiantes de alto desempeño y aglutinó al 64% de la muestra (206 alumnos). Las principales diferencias se dieron en la prueba de letras y palabras y en la de sonido inicial. En la primera, este grupo super. en un 75% los puntajes del grupo de bajo desempeño; mientras que en la de sonido inicial los duplicó.
Los datos recolectados indican que en los centros educativos ubicados fuera de la GAM hay más estudiantes de bajo desempeño (82%), que de alto desempeño (18%). En la Dirección Regional de Puntarenas, por ejemplo, se registró un 66% de estudiantes de bajo desempeño.
Los bajos niveles registrados en la primera medición, muestran que el avance es poco a lo largo de un año lectivo. Entre junio y noviembre no hubo progresos significativos en su aprendizaje, los niños evaluados mantienen una condición muy similar tanto al iniciar como al terminar el curso.
Para complementar la evaluación, se observaron varios ejercicios de lectura dialogada, esto evidenció que las estrategias utilizadas por los docentes tienen poca relación con el avance en las habilidades lectoras de los escolares. La lectura compartida es una de las prácticas más eficaces para promover el desarrollo del lenguaje y la lectoescritura emergente en los contextos de cuido y educación temprana. El beneficio es mayor para los estudiantes que provienen de hogares con climas educativos bajos, donde hay poco acceso a libros y materiales impresos.
Los resultados obtenidos mostraron que las maestras utilizan dos tipos de estrategias para desarrollar la lectura con los ni.os. Por un lado, están las de alta demanda cognitiva, en las que los estudiantes requieren mayor procesamiento y elaboración de respuestas para las preguntas que le plantea la docente o cuando esta utiliza el libro para mostrar elementos concretos de lo impreso. Estas estrategias tuvieron una relación positiva y significativa con la habilidad de los estudiantes para identificar letras y palabras en el tiempo 1 de medición (mes de junio). Por el contrario, las de baja demanda cognitiva, en las que el estudiante contesta m.s r.pido con respuestas cortas, no se relacionaron con el desempeño del alumnado en las habilidades de lectoescritura emergente en la misma medición.
El estudio buscó determinar cuánto del progreso observado entre la primera evaluación (junio 2018) y la segunda (noviembre) se explicaba a partir de variables, como el sexo y la edad de cada estudiante, el tiempo transcurrido entre una medición y la otra, y las características de los centros educativos.
Pero no se detectaron relaciones significativas del sexo, la edad y los centros educativos con el progreso en las habilidades de lectoescritura emergente entre ambas mediciones. Algunos de los avances reportados en el tiempo 2, por ejemplo, fue una mayor habilidad para identificar letras y palabras, al ser tan pequeños podrían explicarse por cambios correspondientes a la maduración natural y esperable en la edad preescolar, como producto de las interacciones que el estudiantado mantiene de forma constante con sus compañeros, familiares y docentes.