Costa Rica aprovecha eficazmente el recurso hídrico, pero no logra controlar los impactos negativos de su uso intensivo
Sección 1:
• Cobertura de alcantarillado sanitario con saneamiento era de 14,4% en 2017, valor muy bajo en relación con la medida mundial, que es de 60%.
• Tanque séptico es el medio principal de canalización de aguas residuales (74,5%) frente al alcantarillado o la letrina (23,4%).
21 Marzo, 2019. El amplio acceso al agua para consumo humano y actividades productivas, que prevalece en Costa Rica, favorece el desarrollo del país; no obstante, el uso de los cuerpos de agua para el depósito de residuos genera impactos negativos en la sostenibilidad ambiental.
En el marco de la celebración del “Día Internacional del Agua”, el más reciente Informe Estado de la Nación 2018 señala que en términos generales el agua potable llega a la gran mayoría de la población y las empresas; pese a ello, persisten las limitaciones para controlar los efectos de su aprovechamiento. Por ejemplo, en materia de aguas residuales se camina lento y tarde.
Un primer aspecto que evidencia estos impactos negativos es que pese a que en los últimos años aumentó significativamente la cobertura de alcantarillado sanitario con tratamiento, de 4,2 en 2014, a 8,2% en 2016 y 14,4% en 2017, el valor de este avance es aún muy bajo en relación con el promedio mundial, que es del 60%. Dicho valor es también insuficiente para un rezago de varias décadas que ha tenido impacto, sobre todo, en la calidad de las cuencas urbanas.
El Informe también evidencia que por el momento, el tanque séptico se mantiene como el medio principal de canalización de aguas residuales (74,5%) frente al alcantarillado o la letrina (23,4%).
En este contexto, un hecho relevante que se registró en 2017, fue la publicación, por primera vez, de la Política Nacional de Saneamiento en Aguas Residuales, para el período 2016-2045. En dicho ámbito resulta preocupante la ausencia de esfuerzos en las siguientes áreas: rezago en el ordenamiento territorial, débil manejo de residuos, falta de acciones en adaptación al cambio climático y prácticas agrícolas que afectan la calidad de los cuerpos de agua.
Por otro lado, aunque en el mismo año, se invirtieron 79.535 millones de colones en esta área, el Plan Nacional de Inversiones en Saneamiento 2017-20145 establece montos muy superiores para cumplir los objetivos definidos en esta política.
Además de los impactos por el uso del agua, y de los recursos naturales en general, para fines productivos o de desarrollo, los patrones de comportamiento ciudadano también generan efectos negativos en la sostenibilidad ambiental. La “Encuesta sobre patrones y percepciones ciudadanas sobre medio ambiente y condiciones para el cambio”, realizada por el Programa Estado de la Nación en 2017, midió cuánto se aleja la ciudadanía de las prácticas más sostenibles. Para ello, se consideraron 114 preguntas y se tomaron valores de entre 0 y 100, donde 100 es el ideal y se interpreta como una sociedad que lleva a cabo todas las mejores acciones posibles. Los resultados de esta encuesta evidencian que las prácticas y actitudes de la población distan mucho del comportamiento ideal. El promedio es de apenas 51 puntos sobre 100.
Aunque el país no ha logrado controlar los impactos ambientales anteriormente mencionados, la eficacia que caracteriza a Costa Rica con respecto al uso del recurso hídrico, es evidente en las mejoras de algunos indicadores. Entre 2010 y 2017, destaca el porcentaje de población que recibe agua potable (89,5% y 93,9% respectivamente) y con tratamiento (82,6% y 88,8%). Además, se redujo el número de acueductos contaminados por coliformes fecales, que pasó de 38,9% a 22,6%, como resultado de acciones impulsadas por el AyA en coordinación con los demás entes operadores.
De acuerdo con un estudio del Laboratorio Nacional de Aguas del AyA para estimar la cobertura de agua potable en centros de salud y escuelas públicas, los datos recabados revelan que el 97% de centros de salud evaluados reciben agua apta para el consumo humano, y el 87,5% de las aguas intrahospitalarias no presenta contaminación bacteriana. Costa Rica es la segunda entre diecisiete naciones latinoamericanas con la mejor cobertura de agua en los hospitales, superada solo por Paraguay. Con respecto a los datos de las escuelas, se encontró que el 95,9% de las 952 valoradas recibe agua potable.
En 2017, la Dirección de Aguas del Ministerio de Ambiente y Energía (Minae) concesionó un caudal de 31.638 hectómetros cúbicos. La mayor proporción de este recurso hídrico se empleó para generar electricidad (95,3%). El resto se usó principalmente en riego, consumo humano y agroindustrial. El 99,4% provino de fuentes superficiales y el 0,6% de fuentes subterráneas.
Sección 2:
21 Marzo, 2019. El amplio acceso al agua para consumo humano y actividades productivas, que prevalece en Costa Rica, favorece el desarrollo del país; no obstante, el uso de los cuerpos de agua para el depósito de residuos genera impactos negativos en la sostenibilidad ambiental.
En el marco de la celebración del “Día Internacional del Agua”, el más reciente Informe Estado de la Nación 2018 señala que en términos generales el agua potable llega a la gran mayoría de la población y las empresas; pese a ello, persisten las limitaciones para controlar los efectos de su aprovechamiento. Por ejemplo, en materia de aguas residuales se camina lento y tarde.
Un primer aspecto que evidencia estos impactos negativos es que pese a que en los últimos años aumentó significativamente la cobertura de alcantarillado sanitario con tratamiento, de 4,2 en 2014, a 8,2% en 2016 y 14,4% en 2017, el valor de este avance es aún muy bajo en relación con el promedio mundial, que es del 60%. Dicho valor es también insuficiente para un rezago de varias décadas que ha tenido impacto, sobre todo, en la calidad de las cuencas urbanas.
El Informe también evidencia que por el momento, el tanque séptico se mantiene como el medio principal de canalización de aguas residuales (74,5%) frente al alcantarillado o la letrina (23,4%).
En este contexto, un hecho relevante que se registró en 2017, fue la publicación, por primera vez, de la Política Nacional de Saneamiento en Aguas Residuales, para el período 2016-2045. En dicho ámbito resulta preocupante la ausencia de esfuerzos en las siguientes áreas: rezago en el ordenamiento territorial, débil manejo de residuos, falta de acciones en adaptación al cambio climático y prácticas agrícolas que afectan la calidad de los cuerpos de agua.
Por otro lado, aunque en el mismo año, se invirtieron 79.535 millones de colones en esta área, el Plan Nacional de Inversiones en Saneamiento 2017-20145 establece montos muy superiores para cumplir los objetivos definidos en esta política.
Además de los impactos por el uso del agua, y de los recursos naturales en general, para fines productivos o de desarrollo, los patrones de comportamiento ciudadano también generan efectos negativos en la sostenibilidad ambiental. La “Encuesta sobre patrones y percepciones ciudadanas sobre medio ambiente y condiciones para el cambio”, realizada por el Programa Estado de la Nación en 2017, midió cuánto se aleja la ciudadanía de las prácticas más sostenibles. Para ello, se consideraron 114 preguntas y se tomaron valores de entre 0 y 100, donde 100 es el ideal y se interpreta como una sociedad que lleva a cabo todas las mejores acciones posibles. Los resultados de esta encuesta evidencian que las prácticas y actitudes de la población distan mucho del comportamiento ideal. El promedio es de apenas 51 puntos sobre 100.
Aunque el país no ha logrado controlar los impactos ambientales anteriormente mencionados, la eficacia que caracteriza a Costa Rica con respecto al uso del recurso hídrico, es evidente en las mejoras de algunos indicadores. Entre 2010 y 2017, destaca el porcentaje de población que recibe agua potable (89,5% y 93,9% respectivamente) y con tratamiento (82,6% y 88,8%). Además, se redujo el número de acueductos contaminados por coliformes fecales, que pasó de 38,9% a 22,6%, como resultado de acciones impulsadas por el AyA en coordinación con los demás entes operadores.
De acuerdo con un estudio del Laboratorio Nacional de Aguas del AyA para estimar la cobertura de agua potable en centros de salud y escuelas públicas, los datos recabados revelan que el 97% de centros de salud evaluados reciben agua apta para el consumo humano, y el 87,5% de las aguas intrahospitalarias no presenta contaminación bacteriana. Costa Rica es la segunda entre diecisiete naciones latinoamericanas con la mejor cobertura de agua en los hospitales, superada solo por Paraguay. Con respecto a los datos de las escuelas, se encontró que el 95,9% de las 952 valoradas recibe agua potable.
En 2017, la Dirección de Aguas del Ministerio de Ambiente y Energía (Minae) concesionó un caudal de 31.638 hectómetros cúbicos. La mayor proporción de este recurso hídrico se empleó para generar electricidad (95,3%). El resto se usó principalmente en riego, consumo humano y agroindustrial. El 99,4% provino de fuentes superficiales y el 0,6% de fuentes subterráneas.